La bioinformática abarca el desarrollo y la aplicación de herramientas de software para ayudar a la comprensión de funciones y datos biológicos, mientras que la biología de sistemas implica el modelado matemático y computacional de sistemas y funciones biológicas para una representación, comprensión y documentación simplificadas. La bioinformática incorpora y aplica el conocimiento teórico y práctico de estadística, matemáticas, informática, ingeniería y biología y permite el análisis in silico de datos biológicos y la interpretación computarizada de esos datos para aplicaciones futuras. Por otro lado, la biología de sistemas utiliza el conocimiento persistente sobre el funcionamiento de las vías de señalización, las redes metabólicas y las secuencias genéticas para promover la investigación y la aplicación científica. El Proyecto Genoma Humano es la contribución más importante de la biología de sistemas en los últimos cien años.