Investigación clínica sobre pie y tobillo

Abstracto

Rotura del tendón de Aquiles y perfil lipídico anormal: estudio descriptivo clínico de laboratorio e histología

Loisel François, Hugo Kielwasser, Grégoire Faivre, Kantelip Bernadette, Obert Laurent

Introducción: Varios estudios en animales y humanos han revelado una relación entre los niveles séricos anormales de lípidos y la rotura del tendón de Aquiles. Sin embargo, los médicos no han detectado cantidades macroscópicas de tejido graso durante la reparación de tendones rotos.
Material y métodos: Se realizó un perfil lipídico y una evaluación de la lipomatosis del tendón en un grupo de 65 pacientes con rotura del tendón de Aquiles reclutados durante un período de dos años en dos hospitales franceses. Se inventariaron los factores de riesgo cardiovasculares y de rotura del tendón.
Resultados: Diez pacientes tenían antecedentes de hipercolesterolemia, siete de los cuales estaban en tratamiento con estatinas (15%). Dos pacientes tenían factores de riesgo conocidos para la rotura del tendón (3%): uno estaba tomando corticosteroides inhalados y el otro sufría hiperuricemia. El colesterol total fue normal en el 63% de los casos; los triglicéridos fueron normales en el 67% de los casos y el colesterol HDL fue normal en el 54% de los casos. Si se tienen en cuenta los factores de riesgo cardiovascular, la proporción de colesterol LDL elevado pasó del 17% al 23%, pero no fue significativa. El análisis patológico encontró cuatro casos de lipomatosis tendinosa entre las 36 muestras recogidas (11%).
Discusión: Dado que este estudio no incluyó un grupo control, no podemos sacar ninguna conclusión sobre la falta de relación entre el perfil lipídico anormal y la rotura del tendón. La prevalencia de hipercolesterolemia en nuestra población de estudio fue similar a la de la población general. Aunque algunos autores han implicado los niveles elevados de colesterol, la acumulación de colesterol dentro del tendón probablemente no sea directamente responsable de su debilitamiento; sin embargo, un aumento de la placa ateromatosa en los vasos sanguíneos del tendón puede provocar hipoxia.