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Mumita Malakar
COVID-19 ha creado un estado de crisis. La humanidad no estaba organizada para combatir la pandemia que genera una amenaza para nuestra supervivencia. El cierre repentino y el confinamiento posterior nos sumieron en un "estrés" mental que no es más que la reacción mental, física, emocional y conductual a cualquier demanda o amenaza percibida. Entonces ahora la pregunta es ¿cómo nos ayuda la naturaleza a controlar el estrés y la ansiedad? Las flores son una parte integral de la naturaleza; sin ellas, la naturaleza, es decir, las plantas, serían simplemente verdes. La psicología ambiental ha recorrido un largo camino para demostrar el impacto positivo y el potencial curativo de la naturaleza. Las flores brindan a las personas mayores una mejor calidad de vida. Hacen feliz al dúo donante y receptor al intercambiar emociones positivas (sonrisa). Las flores evidentemente aceleran la curación. Más elaboradamente, la vegetación visible reduce el estrés, estimula la mente y aleja la atención del dolor y la incomodidad. Los abrazos con plantas hacen que las personas puedan tolerar más dolor y pueden reducir la dependencia de los analgésicos. La exposición a la naturaleza también podría ayudar a erradicar los problemas relacionados con la mala vista, a saber, Miopía, ojos secos, etc. Además, los aceites esenciales también podrían desempeñar un papel vital para reducir la ansiedad humana mediante un tratamiento curativo holístico llamado "Aromaterapia". Se basa en el uso de materiales aromáticos, incluidos aceites esenciales (por ejemplo, rosa, lavanda, manzanilla romana, etc.) y otros compuestos aromáticos, con afirmaciones de mejorar el bienestar psicológico o físico al interactuar con el sistema límbico (cerebro emocional). Nuestra afinidad hacia la naturaleza es genética y está profundamente arraigada en la evolución. Según la "Teoría Psicoevolutiva" (PET) de Roger Ulrich (1983), la naturaleza tiene un componente restaurador incorporado que ayuda a reducir el estrés y a regular las emociones. Por lo tanto, es concluyente que las flores promueven la felicidad, la salud y la recuperación.