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Francy Cruz Sanabria
En el Trastorno Bipolar (TB) la presencia de deterioro cognitivo puede sugerir un riesgo de procesos neurodegenerativos, con perfiles que pueden ser similares a los observados en la variante conductual demencia frontotemporal. Aunque se han identificado múltiples factores de riesgo para el deterioro neurocognitivo en el TB como el número de episodios afectivos, síntomas psicóticos, tratamiento farmacológico y enfermedad vascular, las alteraciones crónicas del sueño no se consideran consistentemente como un factor de riesgo para el deterioro neurocognitivo en el TB, incluso cuando algunos estudios han encontrado asociaciones entre el rendimiento cognitivo y las alteraciones del sueño. Objetivo: Comparar la influencia de las alteraciones del sueño en el rendimiento cognitivo en pacientes con Trastorno Bipolar en fase eutímica y sujetos sanos. Métodos: Pacientes con TB y sujetos sanos fueron evaluados a través de dispositivos actigráficos durante 7 días que permitieron evaluar los patrones de sueño/vigilia, variables circadianas, eficiencia del sueño (SE), despertar después del inicio del sueño (WASO), tiempo total de sueño (TST) y el Índice de Regularidad del Sueño (SRI). Otras variables como el cronotipo (MEQ) y la calidad subjetiva del sueño (PSQI), se evaluaron mediante escalas estructuradas. Los procesos cognitivos de atención sostenida, memoria de corto plazo y funciones ejecutivas se evaluaron mediante herramientas computacionales. Resultados: Se encontraron diferencias significativas entre sujetos sanos y pacientes con TB en variables cognitivas y en la presencia de alteraciones del sueño, en las que la edad se correlacionó con un peor rendimiento cognitivo y mayores alteraciones en las variables del sueño asociadas con la eficiencia del sueño, la calidad del sueño y el tiempo total de sueño. Conclusiones: Entre los factores de riesgo, el número de episodios afectivos ha mostrado correlaciones con el rendimiento cognitivo y los cambios en neuroimagen en estudios previos, nuestros resultados pueden sugerir que las alteraciones del sueño también podrían estar asociadas a procesos neurocognitivos debido a que no solo durante los episodios afectivos, sino también en la fase eutímica, los patrones de sueño pueden volverse irregulares o reducirse notablemente, afectando la eficiencia del sueño y posiblemente interfiriendo con los procesos neuroprotectores subyacentes a los mecanismos del sueño.