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Marina B Pinheiro, Janaíne C Polese, Gustavo C Machado, Christina DCM Faria, Tânia L Hirochi y Luci F Teixeira-Salmela
Antecedentes: La capacidad para subir y bajar escaleras ha sido reconocida como el mejor predictor de los niveles de actividad física en la comunidad, en comparación con la velocidad y la capacidad para caminar. Además, un tercio de los sobrevivientes de un accidente cerebrovascular necesitan alguna ayuda para subir y bajar escaleras a los seis y doce meses posteriores al accidente cerebrovascular. Por lo tanto, el objetivo de este estudio fue comparar la capacidad para subir y bajar escaleras de una muestra grande de sobrevivientes de un accidente cerebrovascular crónico , en función de sus niveles de actividad física.
Métodos: Los participantes fueron reclutados de la comunidad general y se les evaluó su nivel general de actividad física mediante el Perfil de Actividad Humana (HAP). Sus niveles de actividad física se clasificaron según las puntuaciones de actividad ajustadas de su HAP como deteriorados (<53), moderadamente activos (53-74) o activos (>74). La capacidad para subir y bajar escaleras se determinó mediante las cadencias de subida y bajada de escaleras (escalones/s). Se emplearon análisis de varianza unidireccionales (ANOVA), seguidos de pruebas post-hoc LSD, para comparar las diferencias entre los grupos con respecto a sus cadencias de escaleras.
Resultados: Se evaluaron noventa y cinco sobrevivientes de un accidente cerebrovascular crónico con una edad media de 55,74 ± 12,3 años, un tiempo medio desde el inicio del accidente cerebrovascular de 64,4 ± 5,6 meses y una velocidad media de la marcha de 0,92 ± 0,35 m/s. Veinticinco participantes fueron clasificados como discapacitados, 53 como moderadamente activos y 17 como activos. Trece participantes utilizaron pasamanos para realizar las pruebas de escaleras, tres del grupo discapacitado y 10 del grupo moderadamente activo. Los ANOVA revelaron diferencias significativas entre los grupos discapacitado, moderadamente activo y activo tanto para las cadencias de ascenso como de descenso de escaleras [F = 18,49 (2,92); p < 0,01 y F = 16,06 (2,92); p < 0,01, respectivamente], lo que indica que se observaron aumentos en las cadencias con aumentos en los niveles de actividad física .
Conclusiones: Los sobrevivientes de un accidente cerebrovascular crónico con diferentes niveles de actividad física demostraron diferentes habilidades para subir y bajar escaleras. Se observaron aumentos en las cadencias de ascenso y descenso de escaleras con el aumento de los niveles de actividad física.